La interconexión entre objetos, dispositivos y humanos es cada vez más extensa. La aparición de los CAVs [coches autónomos y conectados por sus siglas en inglés] o vehículos inteligentes ha requerido de predicciones que dependen de distintas condiciones y necesidades que han impuesto la demanda de este desarrollo tecnológico, tal como lo fueron en su tiempo las transmisiones automáticas en los 30s, la introducción de bolsas de aire en 1973, los autos híbridos, entre otros.

De acuerdo con una investigación realizada por Johnston, Walker, Keeney y Kok (2017), afirma que estos vehículos autónomos serán lo suficientemente confiables. También serán alcanzables en 2030 para reemplazar el manejo de los automotores manualmente.

Sin embargo, los vehículos inteligentes pueden operar bajo ciertas condiciones. Algunos problemas técnicos que deben ser resueltos antes de que operen por sí solos debe ser el clima extremo. También trayectos sin pavimentar y espacios en los que la conexión a una red sea interrumpida. 

Beneficios

Dentro de los beneficios se detectó la disminución de estrés, mejora la productividad y movilidad. Así mismo, provee movilidad independiente para aquellos que no saben o pueden manejar. Para personas con discapacidad, adolescentes, entre otros, reduciendo el uso del transporte público.

Estos autos le permitirá a sus ocupantes descansar, leer, trabajar e incluso ver multimedia. Por lo tanto, la tecnología que conforma a uno de estos automóviles, requiere de altos precios de compra y cientos de dólares de cuotas anuales.

Esto indica que en el futuro previsible (una o tres décadas) los costos de vehículos autónomos probablemente promediará (costos anuales totales divididos por millaje anual) $ 0.80- $ 1.20 (de dólar) por vehículo. Lo que eventualmente puede disminuir a $ 0.60- $ 1.00 por milla, lo cual es algo más caro que los vehículos operados por humanos $ 0.40- $ 0.60 (de dólar) por milla de costos promedio (Stephens, et al. 2016)

Anticipa riesgos potenciales de aquellos que manejan “a la defensiva”, algunos de éstos pueden ser animales salvajes o niños jugando. Su sistema puede aprender por sí mismo y eventualmente reconocer nuevas costumbres y comportamientos. Sin embargo, todo esto requiere de códigos en el software que lo controla.

Su planificación requiere del análisis e investigación de distintos factores como: tendencias demográficas, cambio de precios, opciones de viaje, cambio en las preferencias de los conductores y usuarios, sistema de transporte inteligente y planificación innovadora. El futuro cada vez es más real y tangible. 

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