Una rápida exposición de tu producto al mercado te ayudará a entender mejor el futuro de tu negocio. Es por eso que muchas compañías optan por utilizar la metodología de Design Thinking. Esta agiliza el proceso de creación de ideas para introducirlas al mercado. 

La metodología Design Thinking está orientada en la “persona”, dando como resultado un producto o servicio efectivo. Por lo tanto, el primer paso es identificar para quién se está creando la solución.

El proceso comienza por definir el reto: entenderlo y definirlo. Posteriormente, una vez analizado el problema, se comienza la etapa de idear. Esto es para poder hacer prototipos de estas ideas. También probar su efectividad, y llegar a una solución.

El proceso completo se divide en dos partes, la parte del problema y la parte de la solución. En cada parte se utiliza primeramente un pensamiento divergente, el cual te ayuda a ver ampliamente el problema y poder generar ideas creativas con la exploración de múltiples soluciones posibles. Posteriormente, se utiliza el pensamiento convergente, que busca disminuir las opciones y encontrar una solución única, la más efectiva de acuerdo al proceso de pensamiento.

Los beneficios que se obtienen al utilizar esta metodología es poder descubrir las necesidades de las personas (mercado) para las cuales se está creando, reduce el riesgo asociado en lanzar nuevas ideas y genera soluciones revolucionarias. 

Implementa la utilización de esta metodología en tu negocio para tus procesos creativos, nosotros te guíamos en el proceso.

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